Diario
Página/12
Buenos Aires, lunes 24 de agosto de 1998
EL GOBIERNO DONO UN INMUEBLE A LOS PALESTINOS
Arafat ya tiene casa propia (ver)
Por Raúl Kollmann
En noviembre se inaugurará la sede diplomática con la visita de Yasser Arafat. Es un petit hotel en Riobamba y Santa Fe. La medida es un paso para el posible reconocimiento total en mayo.
En noviembre el acontecimiento será doble. La representación de los palestinos en la Argentina inaugura su primera y hermosísima sede diplomática, en un pequeño palacio que perteneció a Obras Sanitarias y ahora fue cedido a los palestinos por el gobierno argentino. El segundo acontecimiento será seguramente más espectacular: por primera vez llegará al país el líder de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasser Arafat, que obviamente será el protagonista de la inauguración.
Los trabajos en la casona de Riobamba 981 están más que avanzados. Allí vivía a principios de siglo el gerente de Obras Sanitarias y hoy todo está en remodelación para los acontecimientos de noviembre. En el primer piso, después de una gran escalera, hay una especie de patio de vidrio con una delicada estatua de homenaje a la Intifada, la revuelta palestina protagonizada por niños que arrojaban piedras contra las tropas israelíes.
“Arafat fue invitado por el Presidente Carlos Menem también por el Jefe de Gobierno de la Capital Federal, Fernando de la Rúa – explica Suhail Akel, representante diplomático en la Argentina -. Tenemos una relación bilateral muy buena y se nos ha otorgado el status diplomático”.
En realidad, en Buenos Aires no hay por ahora una Embajada porque la Argentina todavía no reconoce a Palestina como un país independiente. La relación se establece en el peldaño inmediatamente inferior, el de representación diplomática, y para los palestinos Akel tiene el rango de Embajador, mientras que para la Cancillería es un representante diplomático de la ANP. El único país latinoamericano que reconoce plenamente al estado palestino es Cuba, donde hay un Embajador desde hace 20 años.
Tal vez, el 4 de mayo de 1999 sea, a nivel internacional, el momento clave del debate sobre el reconocimiento o no de un Estado palestino. Ese día se vencen los acuerdos de Oslo –firmados por Israel y la ANP- y está previsto que Arafat proclame a Palestina como un país independiente. Una vez dado ese paso, seguramente Argentina tendrá que tomar una decisión.
Más allá de los tecnicismos propios de las relaciones exteriores, la Argentina ha hecho nítidos gestos hacia Palestina. El Presidente Menem mandó a Gaza, sede del gobierno de Arafat, no sólo ayuda humanitaria sino que envió oficialmente a un director técnico –Ricardo Carugatti, prácticamente desconocido aquí- que asumió la conducción del seleccionado palestino de fútbol. La FIFA acaba de aceptar a Palestina y por lo tanto el DT preparará el equipo para el próximo mundial.
El interés de Menem y De La Rúa por la visita de Arafat tiene que ver con el respaldo al proceso de paz en Medio Oriente. “Nuestro Presidente aceptó la invitación y todo depende de cómo evolucione la situación en la zona durante los próximos meses. Él quiere venir y estar presente en la inauguración de la representación diplomática”, señala Akel. “Además, sería un gesto hacía un país que sufrió los atentados realizados por mentes fanáticas y desorbitadas. Los árabes y los judíos argentinos han tenido una excelente relación. Los atentados produjeron gran sufrimiento en la comunidad judía y también en la árabe, acusada y tergiversada. Sin embargo, no lograron una ruptura entre ambas colectividades. Nosotros hemos sido categóricos: rechazamos los atentados, la violencia o el terror. Esperamos que Justicia dé una satisfacción a los familiares de las víctimas”.