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Una vida dedicada a la paz entre los Pueblos y
la dignidad y libertad para su pueblo de Palestina

Diario Río Negro
General Roca, Río Negro – Jueves 30 de abril de 1998


Para el representante palestino, es el día “de la gran catástrofe” (ver)

Para Suhail Hani Daher Akel, embajador de la Autoridad Nacional Palestina en nuestro país, el 50 aniversario de la creación de Israel no es una fecha de festejos. Para él representa el inicio del “Holocausto palestino” y en su condición de refugiado desde 1948, el exilio y la disgregación de su familia.

Mientras algunos festejan la creación del Estado israelí con tremenda felicidad, para nosotros es el día de la catástrofe palestina”, señaló a Río Negro.

En momentos en que el plan de paz palestino-israelí deberá sortear el lunes próximo en Londres una de sus pruebas más duras, Akel asegura que el 4 de mayo de 1999 se hará la declaración del Estado independiente palestino con capital en Jerusalem Este.

En 1948, “los palestinos fuimos víctimas de las conciencias dormidas y culpables de las naciones centrales que querían remediar sus culpas por el nefasto Holocausto nazi, produciendo un nuevo Holocausto, no tan publicitado: el Holocausto palestino”, dijo.

Para Akel, quien estrenará en junio una sede diplomática en Buenos Aires donada por el gobierno de Carlos Menem, “este dramático hecho de crear un Estado sobre otro Estado, convirtió a miles de palestinos en refugiados”. Sin embargo, el diplomático aseguró que “hoy hay una nueva realidad en el mundo: existe un nuevo Estado y un nuevo pueblo. No queremos cometer la misma injusticia que se cometió con nosotros y por eso hemos alentado un proceso de paz que permita vivir con dignidad tanto al pueblo palestino como al israelí”.

Ajustándose a los lineamientos de política de paz impuestos por la administración de Arafat, aseveró que “no estamos exigiendo la destrucción del Estado de Israel, no nos interesa la guerra, no nos interesa el odio, sino que en esos 27.009 kilómetros en los que existió milenariamente la tierra palestina se cumpla lo que establecía la partición establecida por la ONU: un estado palestino libre, soberano e independiente con su capital Jerusalem Este, vecino de un Estado israelí independiente”.

En lo personal, la creación de Israel significó para Akel “convertirme en refugiado, expulsado de mi tierra, con mi familia disgregada. Pasamos a formar parte de un gran batallón de personas en el exilio. Fue muy doloroso, sobre todo haber perdido el contacto con mi familia y recién regresar a mi país después de 46 años y encontrar que la mayoría había muerto”.

No obstante, Akel expresó que “ni yo como refugiado, ni mis hermanos refugiados después de la guerra de 1967, guardamos en nuestros corazones odio, ni deseo de venganza, ni de expoliar a quienes nos expoliaron. Solo tenemos la necesidad de tener el mismo derecho de quien nos ocupó nuestras tierras”. (ABA)

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