Revista
Veintidos
Buenos Aires – jueves, 18 de noviembre de 1999
Palestina e Israel, la Esquina de Akel (ver)
Al asumir, el flamante embajador de Palestina en Buenos Aires contó la curiosa historia del lobby que tuvo que hacer para lograr un cruce de calles con sentido político.
Aunque los palestinos aún no tienen un estado independiente, su representante en Buenos Aires, Suhail Akel, logró esta semana un triunfo diplomático inaugurando la sede de la misión palestina: una vieja mansión de la calle Riobamba, donada por el gobierno argentino.
El embajador Akel, nacido en 1948 en Jerusalem, cree que su misión más difícil no ha sido abrir la embajada sino conseguir que la calle “Palestina” cruzara a “Estado de Israel”.
La historia es la siguiente: a Yasser Arafat, presidente de la Autoridad Nacional Palestina, le pareció simpática la idea de Akel que se proponía conseguir que una calle de la capital argentina llevara el nombre de Palestina. Sin embargo, tanto Arafat como los legisladores porteños lo miraron extrañados cuando puso como único requisito que esa calle cruzara Estado de Israel.
“Algunos lo interpretaron como una provocación, pero nos interesaba dejar un antecedente de que la convivencia es posible”, cuenta Akel. “Yo había tenido la surte de inaugurar cinco calles con ese nombre en distintas ciudades de la Argentina, pero a los legisladores porteños la idea del cruce les parecía delicada. Me llamaron varias veces y siempre se repetía el mismo diálogo. Me decían: “Señor Akel, tenemos una calle que podría llevar el nombre de Palestina...”. “¿Corta a Estado de Israel?, les preguntaba, y siempre recibía respuestas negativas. Varios intentos se estrellaron contra mi perseverancia palestina, hasta que un día me llamaron y casi sin darme tiempo a preguntar, por fin me dijeron: “Tenemos una calle para Palestina y además corta a Estado de Israel”.