¿Inquietarse
por Sharon? (ver)
Suhail Hani Daher Akel *
Fueron miles de palestinos, incluso el propio padre de la patria Yasser Arafat, quienes lidiaron con la muerte; hoy, quien se la impuso lucha con su propia muerte.
Inquietarse frente a la desaparición de Arik Schenerman (Ariel Sharon), aludiendo a que el proceso de paz con los palestinos peligra ante el posible fallecimiento del premier israelí, es ignorar la realidad.
Sus
padres rusos, atraídos por la colonización sionista a Palestina,
ingresaron como colonos ilegales a principios del siglo pasado. Por haber
nacido en Palestina, Sharon debería haber sido un buen palestino-judío;
por lo contrario, de pequeño solía jactarse de su madre, que
dormía con un fusil debajo de la almohada. Ese rifle de violencia engendró
en su niñez al “señor guerra”.
Con una larga historia en el terrorismo y en su política colonialista
manchada con la sangre palestina y libanesa, fue autor de asentamientos y
muros expansionistas. Ningún palestino lo va a echar de menos. Serán
generaciones las que mantendrán viva su memoria de horror, tragedia
y dolor que cargó sobre ellos. Quien mejor sintetizó a Sharon
fue el alcalde de Londres, Ken Livingstone, al decir: “Es un criminal
de guerra que debe estar en prisión, no en una oficina”, The
Guardian, 4/3/2005.
“La paz de Sharon propuso la muerte. La de los nuevos líderes deberá se por la vida”
Los halcones no son de confiar, y aunque poco se puede creer en las palomas como Shimon Peres, los palestinos siguen considerando al pueblo israelí como su mejor socio en la paz. El futuro está en manos de ambos pueblos. El pueblo israelí debe abandonar a quienes cargaron sobre las espaldas del pueblo judío un alto precio y dar lugar a israelíes que estén comprometidos con sinceridad y honestidad.
La paz de Sharon propuso la muerte. La de los nuevos líderes deberá ser por la vida y la dignidad. Esto sólo se logra poniendo fin a la ocupación y con el resurgimiento del Estado de Palestina con Jerusalem Este como capital.
*
Embajador de Palestina en la Argentina