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Una vida dedicada a la paz entre los Pueblos y
la dignidad y libertad para su pueblo de Palestina
Diario PERFIL
Buenos Aires – Domingo, 15 de enero de 2006

¿Inquietarse por Sharon? (ver)

Suhail Hani Daher Akel *

Fueron miles de palestinos, incluso el propio padre de la patria Yasser Arafat, quienes lidiaron con la muerte; hoy, quien se la impuso lucha con su propia muerte.

Inquietarse frente a la desaparición de Arik Schenerman (Ariel Sharon), aludiendo a que el proceso de paz con los palestinos peligra ante el posible fallecimiento del premier israelí, es ignorar la realidad.

Sus padres rusos, atraídos por la colonización sionista a Palestina, ingresaron como colonos ilegales a principios del siglo pasado. Por haber nacido en Palestina, Sharon debería haber sido un buen palestino-judío; por lo contrario, de pequeño solía jactarse de su madre, que dormía con un fusil debajo de la almohada. Ese rifle de violencia engendró en su niñez al “señor guerra”.
Con una larga historia en el terrorismo y en su política colonialista manchada con la sangre palestina y libanesa, fue autor de asentamientos y muros expansionistas. Ningún palestino lo va a echar de menos. Serán generaciones las que mantendrán viva su memoria de horror, tragedia y dolor que cargó sobre ellos. Quien mejor sintetizó a Sharon fue el alcalde de Londres, Ken Livingstone, al decir: “Es un criminal de guerra que debe estar en prisión, no en una oficina”, The Guardian, 4/3/2005.

“La paz de Sharon propuso la muerte. La de los nuevos líderes deberá se por la vida”

Los halcones no son de confiar, y aunque poco se puede creer en las palomas como Shimon Peres, los palestinos siguen considerando al pueblo israelí como su mejor socio en la paz. El futuro está en manos de ambos pueblos. El pueblo israelí debe abandonar a quienes cargaron sobre las espaldas del pueblo judío un alto precio y dar lugar a israelíes que estén comprometidos con sinceridad y honestidad.

La paz de Sharon propuso la muerte. La de los nuevos líderes deberá ser por la vida y la dignidad. Esto sólo se logra poniendo fin a la ocupación y con el resurgimiento del Estado de Palestina con Jerusalem Este como capital.

* Embajador de Palestina en la Argentina

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