Diario
Sur
Buenos Aires, Martes, 21 de agosto de 1990
Las invasiones de ayer y las invasiones de hoy (ver)
Por Suhail Hani
Daher Akel
Representante
de la Organización para la Liberación
de Palestina-OLP
Analizar la actual situación del Medio Oriente en este momento es muy difícil, pero no se diferencia mucho de la histórica situación que padecieron los países árabes, más esencialmente el Estado de Palestina, en este siglo.
El pueblo palestino y su conducción nacional, la OLP, respetan uno de los principios fundamentales de los pueblos que es su autodeterminación. Más allá de los últimos acontecimientos surgidos entre Irak y Kuwait –sin olvidarnos que este fue un territorio dividido por el colonialismo inglés– creemos que es un conflicto netamente árabe, inherente a los países árabes y que debería solucionarse dentro del contexto de la Liga de los Estados Arabes o, en el último de los casos, dentro del foro internacional de las Naciones Unidas.
¿Cómo se puede condenar una invasión y aceptar otra invasión?
El gendarme del mundo, como gustan autodefinirse los Estados Unidos, no tiene derecho a condenar una invasión mientras invade cuanta tierra le parece en el mundo, en Panamá, Granada y, actualmente, Medio Oriente. En este último caso, lo ha inundado de soldados armados como para terminar con el planeta.
Lo que nos parece paradójico es que generalmente el gendarme no es muy objetivo en sus acciones; por lo menos no recordamos que haya tomado una posición militar cuando Gran Bretaña agredió a la Argentina en 1982, avasallando una vez más a las Islas Malvinas; tampoco cuando Israel invadió el territorio libanés en 1982, y mucho menos aún cuando Israel en 1967 invade y ocupa la totalidad de la tierra de Palestina, convirtiendo a nuestro pueblo de habitante en refugiado, ante su distraída mirada..., mirada que aún continúa mientras Israel pasa por el filo de su espada durante estos últimos tres años de la Intifada a miles de palestinos, en su mayoría niños, mujeres y ancianos.
El pueblo palestino que busca afanosamente su libertad y una paz digna, desea que este conflicto termine en paz, con un entendimiento positivo entre las partes hermanas; pero también pide a la comunidad internacional y, más precisamente a los Estados Unidos, que exija a Israel, como se le exige a Irak, que abandone el uso de armas químicas y que someta a Israel por su conducta al mismo boicot con que sometió junto con la comunidad europea a Irak.
Los palestinos no podemos estar al margen de esto, fundamentalmente cuando vemos que el Estado militarista de Israel en estos últimos días ha aumentado su maquinaria bélica, desplegando su fuerza armamentista no sólo en su territorio sino además en el territorio de Palestina ocupada. Es por ello que advertimos a la comunidad internacional que esté en estado de alerta, ya que esta excusa que utiliza Israel para salvaguardar una posible invasión, sin dudas será el justificativo para desencadenar un futuro genocidio que se puede perpetrar contra nuestro pueblo.
La OLP se ha esforzado en encontrar una salida idónea al conflicto y, a diferencia de lo que se trata de mostrar en occidente y fundamentalmente en la Argentina, no ha aplaudido la ocupación de Kuwait.