Mapa de Ruta Palestino
Por: Suhail Hani Daher Akel
En las precisiones al fijar una honestidad intelectual del conflicto, no se puede desconocer que el pueblo palestino es victima de la ocupación y de las presiones en la que se intenta controlar sus derechos nacionales.
Pese a la ocupación, la grave violación a los derechos humanos, el cerco militar impuesto al democrático presidente Yasser Arafat y los nubarrones que eclipsaron la paz durante estos últimos años, el pueblo de Palestina da un nuevo paso para encontrar los caminos de paz con Israel.
Con la ausencia de dos diputados palestinos encarcelados ilegalmente en Israel, Marwan Barghouti y Hassan Khader, otros nueve diputados de Gaza que recibieron permisos precarios de la fuerza ocupante para llegar con garantías limitadas a Ramallah, se sumaron al resto de los diputados del Legislativo Palestino en el reconocimiento del nuevo gabinete ministerial del designado secretario general de la OLP Abu Mazen, como primer ministro palestino investido por el presidente Arafat.
Baluarte de los acuerdos de Oslo y arquitecto del acercamiento palestino-israelí en los tiempos más difíciles, Abu Mazen, encontró un firme apoyo en el seno del nuevo gobierno palestino al que Israel, deberá ser el responsable directo del éxito o el fracaso del mismo.
La firmeza de ambos lideres remozando el campo diplomático para facilitar al Cuarteto (ONU, EEUU, Europa y Rusia) el diseño del “mapa de ruta” que restablecería el Estado de Palestina con Jerusalem Este capital, será un fiasco si el mismo no pone fin a la ocupación de forma inmediata y llama a Israel a retirase a las líneas del 28 de septiembre de 2000, fecha en la que comenzó la reocupación de las ciudades palestinas. Y el sabor del fracaso volverá a deteriorar los principios palestinos si Israel mantiene su obstinada posición, su presencia y su injerencia sobre un pueblo, sobre Jerusalem y sobre un territorio extranjero.
Si bien, Estados Unidos es el esencial artífice del Cuarteto, aún sigue dejando recelos por su marcada posición favorable a una de las partes del conflicto, al votar en soledad el pasado 15 de abril en contra de las resoluciones de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas que condenaron a Israel. Y aprobar en el Congreso americano un préstamo de 9 mil millones de dólares más mil millones de auxilio que se suma a la ayuda anual de los 3 mil millones de dólares, a la que Israel, en nombre de su seguridad, lo utiliza para activar su potencial nuclear que descarga diariamente sobre la población civil palestina.
Un Romance que le costo a Estados Unidos desde 1973, 1,6 trillones de dólares, en la que el consultor económico Thomas Stauffer, de acuerdo a su calculo presentado en el 2002, la perdida de cada ciudadano estadounidense alcanza a los 5.700 dólares.
Entre los pasajes de la semántica, se reflejó con claridad el leí motiv de los liderazgos israelíes que intentaron igualar el precio de la paz con “dolorosas concesiones”, convirtiéndose en una afrenta a la libertad del pueblo palestino y a la historia misma, la que escribe que el Estado de Israel se creó sobre el territorio palestino en 1948 y ocupo el resto en 1967, incluyendo Jerusalem Este.
Sin posar en “concesiones dolorosas” el pueblo palestino aceptó la restitución de su Estado en tan solo un 22 por ciento, que ni siquiera alcanza al 45 por ciento que determinó la ONU en 1947. Y en renovada concesión de paz, el presidente Arafat y el premier Abu Mazen, a partir del 29 de abril marcaron un nuevo “mapa de ruta palestino”, al que esperamos que el liderazgo israelí interprete su importancia y reflexione por sobre su capacidad militar hacia una luz que permita poner fin al baño de sangre compartido y el fin de la larga ocupación.
Una mala exégesis de Israel convirtiendo este nuevo acuerdo en uno más de los tantos violados; en tinta sobre papel las resoluciones 242, 338 y 1397 y negar los derechos de Jerusalem y a los refugiados y, su retiro de la totalidad de los territorios ocupados en 1967, la frustración será larga y dolorosa.
La experiencia de Irak por estos días que lleno de muerte y dolor al mundo árabe durante las semanas del 20 de marzo al 9 de abril, no debe ser una lección de rutina en la región sino el deber de alcanzar la dignidad a los pueblos de la región en el marco de la convivencia y el respeto de cada pueblo su cultura y su independencia. El pueblo y el liderazgo palestino puso en el campo de la vida su lección, Israel la deberá compartir.
Abril 30 de 2003