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Una vida dedicada a la paz entre los Pueblos y
la dignidad y libertad para su pueblo de Palestina

Magazine: El Ceremonialista
Buenos Aires – Argentina, Octubre 2003 – Año II – Nº 6

PALESTINA, Ceremonial de la humanidad (ver)

Por: Suhail Hani Daher Akel *

Palestina el centro del mundo

Cuando analizamos las palabras del palestino Jesús expresadas en Jerusalem, inspira a la humanidad para insertar a Palestina como un legado universal detectado en el Centro del Mundo. Un mundo que gira sobre su propio peso. Un peso que retorna con secuencia secular a sus orígenes. Un origen pre-bíblico como fuente de vida. Una vida, que los antiguos cananeos-filisteos de la genealogía árabe semita palestina le dieron sentido sobre la base de la ceremonia. Una Ceremonia, que con el paso del tiempo se fue convirtiendo en la vida misma.

Para situarnos geográficamente, basta acudir a uno de los principales textos que brindó la humanidad con la pluma de Dios, y es en la Sagrada Biblia donde encontramos situada a Palestina y a su capital Jerusalem con 5500 años y citada 1020 veces en La Biblia y a sus principales ciudades, Belén, con 4500 años y citada 54 veces; Hebrón, 4500 años y citada 74 veces; Jericó, con 10 mil años y citada 71 veces o Nablus, citada también 71 veces. Todas ellas aún se yerguen sobre su castigada tierra Palestina como indiscutible sello del patrimonio universal.

De ese patrimonio, formaron parte también las potencias de la época que fueron llegando por mar o tierra, algunos de ellos, con el sentido de la destrucción y otros de la construcción.

Por lo tanto, podemos citar la construcción de los hebreos en el 956 antes de Cristo del Templo del Rey Salomón en Jerusalem, más adelante destruido por los romanos, manteniendo hasta la fecha el muro occidental, conocido como el Muro de los Lamentos. Los bizantinos en el 335 después de Cristo, hallaron la cruz de crucifixión de Jesús y sobre ese lugar, su reina Elena (Santa Elena) ordeno la construcción de la actual Basílica del Santo Sepulcro en Jerusalem y de muchas de las iglesias vigentes en la tierra Palestina.

Los árabes a cargo del califa Umar Ben El Jattab, recuperaron en el 638 e imprimieron definitivamente el carácter árabe de Palestina y la era del Islam; construyendo el califa Abedel Malik entre el 688 y 691, sobre la misma roca de elevación a los cielos del profeta Mohammed en Jerusalem, la maravillosa Mezquita de Omar o de la Roca y su hijo Walid completo el actual Predio Sagrado con la construcción de la Mezquita de Al Aksa, convirtiendo el Predio en la primera Quibla del Islam y la tercera en importancia dentro de la religión musulmana; sus sucesores continuaron con la construcción de centenares de mezquitas que hoy galardonan a Palestina.

Con la presencia del imperio Otomano, su sultán Soleiman Al Azzem entre 1520 y 1566, reconstruyo las deterioradas murallas de Jerusalem y sus magnificas 8 puertas de entrada a la Ciudad Vieja y otorgo la custodia de los Santos Lugares al Patriarcado Ortodoxo Griego de Jerusalem. Su esposa sultana Jasseki, construyo en Palestina lugares especiales para los indigentes. También Europa a principios del siglo pasado tuvieron sus influencias con la construcción del colegio alemán de señoritas Schmidt College, administrado por las monjas; la Alianza Francesa y la escuela inglesa Saint George.

Todas éstas construcciones que embellecieron la Tierra Sagrada y potenciaron su cultura, gracias al respeto y la Ceremonia impuesta por el rey Melquisedec, su pueblo palestino las conservo intactas hasta la actualidad, incluso el Muro de los Lamentos, el Santo Sepulcro y el Predio Sagrado de las Mezquitas.

Ceremonial Antiguo

El escritor ingles Lawrence Oliphant, en 1887, valoro la riqueza y la fertilidad de la tierra Palestina, escribiendo “Es un enorme lago verde de ondulante trigo con sus montículos coronados por aldeas que se elevan como islas con exuberante fertilidad” . Esta fertilidad permitió a las artesanales manos palestinas a elaborar con su trigo y su vid, el pan y el vino. El pan y el vino que repartió Maleq Sadec (Melquisedec), rey cananeo-palestino de Jerusalem y Sumo Sacerdote del Dios Altísimo, con Abraham, cuando éste llego a Palestina y a Jerusalem enviado por Allah (Dios).

La fraternidad del rey palestino y la sumisión de Abraham, dos hombres de fe, convirtieron a la antigua Palestina en la madre que engendró a las tres religiones monoteístas; en la piedra basal de la Ceremonia que aún se practica en los misales de las sinagogas, las iglesias y las mezquitas, y la probeta del Ceremonial sobre la base del correcto ofrecimiento de un rey a su visitante.

Es así, que el Ceremonial fue formando parte inseparable de las costumbres, las raíces y la cultura de la población de aquella milenaria Palestina y podemos citar un centenar de ejemplos gratificantes para la vida, sin embargo, tomo como ejemplo la Ceremonia que Jesús ofreció en la Ultima Cena o la Cena Secreta a sus discípulos. También Él, les repartió el pan y tomaron el vino para despedirse y entregarse a las cobardes aspiraciones de los colonialistas que ocupaban Palestina y que lo llevaron a la crucifixión. Pero la Ceremonia también fue parte de su muerte. Ya bajado de la cruz, se lo lavo y preparo para su sepultura y luego resurrección. Estableciendo en la vida del hombre el modo de Ceremonia para despedir a un ser amado.

Ceremonia del obsequio en Palestina

La generosa actitud de los obsequios en Palestina se simboliza con la Ceremonia brindada por la pleitesía de Gaspar, Melchor y Baltasar al llegar a la precaria cueva y ofrecer sus regalos por el nacimiento del palestino Jesús en Belén.

Su ejemplo sello de Oriente a Occidente una capacidad similar para agasajar a los familiares y amigos en los días especiales. Desde los regalos más caros hasta los más simples presentes, representaron en el Ceremonial de la vida, el amor y el respeto al prójimo, principal predica de Jesús en la Tierra Sagrada.

En la actualidad los regalos, los presentes y las atenciones que forman parte de la vida cotidiana de los pueblos, es además, parte inseparable del Ceremonial Oficial de los Estados.

El Ceremonial como parte de la vida palestina

Desde los plebeyos hasta los reyes. Desde las familias empobrecidas hasta las ricas. Desde su condición de ocupado y sometido en el pasado y en la actualidad, el pueblo palestino, creció y se desarrollo en un marco de gratitud hacia el otro. La heredada Ceremonia de agasajar, brindar su hogar y servir una mesa con muchos y diferentes platos de manjares altamente elaborados, le permitió al visitante homenajeado sentirse cómodamente feliz y agradable, tanto sea en un palacio como en una precaria casa o una de las actuales carpa de refugiados.

Desde el café árabe cargado con la clásica borra para su lectura, hasta el té de naranja o con hojas de menta fresca, formo parte de la Ceremonia y se hicieron infaltables en un hogar palestino junto con las fuentes de bronce y las pequeñas vasijas de porcelana desbordadas con los dulces bañados en almíbar, con nueces, almendras y pistachos, en ronda continua para la amena tertulia; donde el Ceremonial adquirido jugó un papel preponderante en la distribución de los lugares, respetando al mayor y a las diferentes jerarquías familiares. Metodología, que con el tiempo se adopto en los Ceremoniales de reyes, presidentes, diplomáticos, ministros y eclesiásticos. También se adopto en la vida cotidiana de las modernas empresas e instituciones.

El tabaco tampoco pudo estar ausente en una tierra donde las plantaciones de tabaco Virginia perfumó en el pasado y en el presente a los mejores cigarrillos ingleses. De modo, que en la costumbre palestina el tabaco tiene una Ceremonia tan especial como el café o el té. El <narguille> o pipa de agua en sus diferentes medidas y alturas es el elemento que el palestino con su reconocida raíz oriental, prepara paciente y cuidadosamente para brindar la Ceremonia que cultiva y honra a la amistad. El humo del <tombac> (tabaco común o endulzado con gusto a frutas) que se filtra por el agua y recorre la adornada manguera que pasa de boca en boca es el deleite de los hombres y mujeres en sus reuniones familiares o del mohtar (viejo sabio), sentado en la puerta de su antigua casa de Jerusalem con su típica <kiffa> cubriendo su cabeza, fumando y enumerando los hechos históricos que les toco vivir, haciendo carne sus recuerdos de las dominaciones otomana, inglesa, sionista e israelí, resaltando la filosofía árabe que se sobrepone a todas ellas y carga su experiencia y sentido de vida.

En el Ceremonial de los afectos se resalta el antiguo respeto árabe interpretado en su saludo cotidiano: Al Salam ua leikum (la Paz sea con vosotros); o el agradecimiento luego de compartir un café o un té con la palabra Daíme (Siempre); o al levantarse de una mesa valorar a los anfitriones con el Sal´lem Idaikum (Saludos por vuestras manos) o en las cartas a continuación del nombre, se escribe Hafazahu Allah (Dios lo Conserve).

Además de la gran cantidad de términos afectuosos que permiten una relación humana más fraterna, sobresale el eterno agradecimientos a Dios con las palabras Allah U Akbar (Dios es el más Grande).

Entre las costumbres que forma parte de la Ceremonia diaria del árabe palestino, se encuentra el <masbaha> (rosario árabe), elaborado con madera de olivo, nácar, oro, plata o piedras preciosas y compuesto por 33 cuentas y tres separaciones de cada 11, que multiplicado por tres son los noventa y nueve apodos piadosos con los que se lo nombra a Dios. Y es, el pequeño masbaha que se desliza en los dedos con un ir y venir produciendo una descarga emocional que lo posibilita al hombre ser tolerante y comprensivo con el prójimo y consigo mismo.

El Ceremonial de los artesanos palestinos

De generación en generación el sentimiento del pueblo palestino trasmitió la paciente Ceremonia de su artesanía, manteniendo viva una noble cultura expresada con las callosas manos del artesano en sus tallados y trabajos en madera de olivo, nácar, barro, cristal y bronce, elaborando verdaderas obras de arte con figuras religiosas y adornos, llegando estas, a las manos de los más altos dignatarios religiosos y prestigiosos presidentes entre otros, y son el obligado souvenir de los turistas que llegan al famoso < suk > (mercado) en las callejuelas de la Vieja Ciudad de Jerusalem.

Mientras las mujeres, como generadora de vida, trasmitieron de madre a hija la valiosa herencia y la artesanal Ceremonia de las agujas y los hilos de oro y de fuertes colores que se entrelazaron con sus delicadas manos para expresar con el bordado de sus vestimentas la fácil identificación de sus aldeas y regiones, y la profunda cultura del patrimonio milenario de Palestina.

Como homenaje especial del Islam a las madres, el profeta Mohammed, expreso: “Haz polvo bajo los pies de tu madre, porque el Paraíso estará donde ella pise”.

La Ceremonia de la intelectualidad palestina

Una compleja gama de sentimientos y emociones en las coordenadas históricas y culturales se impuso en la intelectualidad árabe palestina. A pesar de haberse desarrollado bajo el sometimiento de los colonialistas que a su turno ocuparon su tierra, humillaron a su pueblo y perforaron sus heridas, su estrategia defensiva sobre la base de la filosófica Ceremonia de vida, se fue enriqueciendo mediante la amarga ironía de la realidad y el juego verbal de su tragedia, fruto de una serena visión histórica, exenta de rencores y odios.

Desde la resistencia y el martirio, los principales poetas de la Tierra de Palestina fueron en su momento los profetas. De los contemporáneos, entre lo lírico y lo testimonial, la pluma palestina forjada entre la intelectualidad árabe de sus escritores y poetas se convirtió en el principal grito de libertad para imponerse a la ocupación y dejar claro la esencial clave del sufrimiento y el dolor del pueblo palestino, victima de la arrogancia, la soberbia y la intolerancia de la actual Potencia Ocupante.

Nutridos de filosofía y pensamiento, también el proverbio árabe adquirido por la experiencia de vida de sus pueblos milenarios, fue el ambiente propicio para el Ceremonial de la experiencia y la trasmisión de vínculos entre Oriente y Occidente.

Ceremonial de Palestina

Desde las diferentes ocupaciones, incluyendo la actual israelí, los capataces de los sueños intentaron adueñarse de las esperanzas palestinas y hacer sucumbir sus deseos de libertad.

Encadenados y amordazados, los palestinos, saborearon la amarga presencia de los colonialistas de turno durante: 434 años, por los hebreos-israelitas en tres periodos; 900 años, entre los babilonios, persas, macedonios, romanos y cruzados; 397 años, los otomanos; 31 años, los británicos; 55 años, de la creación de Israel sobre la tierra de Palestina en 1948 y desde hace 36 años, la ocupación militar israelí, desde 1967 del resto de su pequeño territorio que no alcanza a un 22 por ciento de la milenaria Palestina, incluyendo al sector Este de Jerusalem.

Tomando como base la presencia palestina que superó los diez milenios sobre su territorio, observamos que desde la primera invasión hebrea a Palestina en 1020 años antes de Cristo hasta la actualidad, el pueblo palestino vivió y sufrió una ocupación territorial que promedió los 1817 años.

Esta resumida historia se hace necesaria para fundamentar, que sí el pueblo palestino desde el rey Melquisedec hasta la fecha no hubiera tenido un Ceremonial de vida y un apego a sus raíces, indudablemente se hubiera extinguido como tantas tribus y pueblos a lo largo de la formación del hombre.

Luego del retorno

En 1994, el pueblo palestino tuvo la posibilidad de contar con su primer Gobierno sobre su suelo Patrio, encabezado, por Su Excelencia el Señor Presidente democrático Ingeniero Yasser Arafat, y sobre la base de la estructura de Estado que venia siendo organizada por los dirigentes políticos-religiosos en los albores del siglo pasado. A partir de la década del sesenta la Organización para la Liberación de Palestina-OLP, comenzó a consolidar -a pesar de estar aún bajo la ocupación militar israelí- la restitución de un Estado soberano y democrático, forjado en el excelente Ceremonial heredado con sus símbolos oficiales y un magnifico Protocolo que el mundo pudo advertir con las primeras vistas que llegaron a Palestina a partir de 1994, entre ellas, los Presidentes de Estados Unidos, Sudáfrica, España y el Santo Padre Juan Pablo II.

La conclusión, en lo personal

Sobre la base de ésta fuerte vivencia histórica, en mi conclusión, rescato: A la Ceremonia de la vida por sobre la muerte de la guerra, y a la Ceremonia de la convivencia por sobre la intolerancia del odio.

* Embajador de Palestina en la Argentina

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